Disciplina Positiva: Educar con Amabilidad y Firmeza
La disciplina positiva, desarrollada por Jane Nelsen y Lynn Lott, se basa en cinco principios fundamentales que se aplican tanto a los niños como a los adultos. Estos principios buscan cubrir las necesidades humanas básicas y fomentar relaciones saludables y productivas. Marisa Moya, psicóloga y entrenadora de disciplina positiva, nos brinda una visión detallada sobre cómo implementar estos principios en la vida diaria.
Los Cinco Principios de la Disciplina Positiva
- Conexión: Es esencial para la supervivencia y el desarrollo. La necesidad de pertenecer y ser visto es vital para todos, especialmente para los niños.
- Relaciones de Respeto Mutuo: Fomentar relaciones basadas en la amabilidad y la firmeza simultáneamente.
- Comprensión de los Sentimientos: Es fundamental entender los sentimientos que subyacen a las conductas, más allá de las acciones visibles.
- Desarrollo de Habilidades Socioemocionales: Los niños necesitan desarrollar estas habilidades para prosperar y sentirse capaces y valiosos.
- Capacitación a través del Hacer: Aprender haciendo, acompañado siempre de confianza y afecto por parte del educador.
El Enfoque en el Educador
Marisa destaca la importancia de que los padres y educadores se enfoquen primero en sí mismos para poder educar de manera efectiva. Es crucial revisar nuestras actitudes y creencias, ya que influimos significativamente en la formación de los niños.
El Gimnasio de Habilidades
La disciplina positiva sugiere crear un “gimnasio” de habilidades socioemocionales en cada hogar y escuela. Entrenar cualidades como la tolerancia, el respeto y la empatía es esencial para el desarrollo integral de los niños. Cada problema diario puede verse como una oportunidad para fortalecer estas habilidades.
Gestión de las Emociones
Es importante que los adultos modelen cómo recuperar el control emocional frente a situaciones desafiantes. Los niños aprenden observando y necesitan ver cómo los adultos manejan sus propias emociones de manera efectiva.
Establecimiento de Límites
Los límites deben ser claros y consistentes, acompañados de alternativas viables para que los niños puedan satisfacer sus necesidades de manera apropiada. Es fundamental que los límites sean entendidos como herramientas para la vida y no como imposiciones arbitrarias.
Trabajando con Adolescentes
La adolescencia es un periodo crucial en el que los jóvenes están naciendo para sí mismos y para el mundo. Es vital ganarse su cooperación a través de la comunicación efectiva y evitar las luchas de poder. La disciplina positiva en esta etapa implica más complicidad y apoyo en lugar de control y sermones.
Aplicación en el Aula
La disciplina positiva también se puede aplicar en las escuelas. Los programas que integran habilidades socioemocionales en el currículo académico ayudan a reducir el comportamiento disruptivo y mejoran el aprendizaje. Es necesario un enfoque comunitario que comience desde los equipos directivos hasta los maestros.
Un Mensaje de Esperanza
“Ten el coraje de la imperfección”. El cambio en las destrezas humanas es un proceso continuo que vale la pena emprender. Cada uno tiene el poder de influir positivamente en la vida de los niños, actuando desde la responsabilidad y el afecto.